jueves, 26 de diciembre de 2013

# Después de la borrachera siempre llegas tú.

No sé qué me pasa, que después de ti todo me parece poco, todo me parece menos.



Estoy cansada de estar cansada, estoy cansada de estar triste y de no olvidarme ni un poquito de los que me olvidaron, o de los que al menos dicen haberlo hecho.




Esto de vivir con el pasado en la memoria no me gusta, ocupa espacio y me empequeñece los sueños, no sé por qué... No me gusta pensar que nunca volveré a sentir lo que sentí contigo en su momento, porque... Me asusta estar atada a ti, aunque... En realidad... Siempre me he declarado como tu prisionera, ¿qué ironía eh?




Tú eras mi pilar.

Yo era el beso que nunca debiste dar. Quizá.




Sólo por ti esperé, y sólo por ti me anclé a la soledad.

Todo esto es culpa mía, por esperarte cada día en el mismo sitio donde nos vimos por última vez, aún sabiendo que ya ni te acuerdas de donde fue.

Culpa mía por regalarte una canción, por obligarme a sonreír sin ti, por olvidarte tan pronto, o al menos por intentarlo.




Te... Echo mucho de menos.

Y... Sé que no vas a leerme, pero... Te quiero.





No hay comentarios:

Publicar un comentario